lunes, 14 de noviembre de 2016

1.3.1. Método Pilates

1.3.1.    Método Pilates
El método pilates se fundamenta en unos principios que dan sentido a su finalidad y al cumplimentarse, permiten disfrutar de las excelencias de dicha técnica de trabajo. La concentración, el contrometodol, la centralización, la respiración, la precisión y la fluidez de movimiento son los seis principios básicos de la técnica Pilates y nos sirve para armonizar la atención mental de nuestro cuerpo con el movimiento (Cárceles, R. 2009).

Hay diversos ejercicios que pueden ser de utilidad para evitar o en su caso disminuir el dolor lumbar, y esto conlleva a no solo la parte muscular, sino también debe tenerse en cuanta otros aspectos como por ejemplo respirar, puesto que “respirar es lo primero y lo último que hacemos” (Pilates), dándose a entender la importancia en este aspecto de nuestra vida.

El método Pilates hace hincapié en la espiración. Se debe a que Pilates creía que para respirar correctamente, debe inspirarse y espirarse por completo, intentando expulsar por todos los medios cualquier partícula de aire impuro de los pulmones.

La respiración que se utiliza en Pilates funciona para favorecer la presión intra-abdominal que ayuda a estabilizar la columna y facilitar los movimientos avanzados. Por eso decimos “inspire al realizar el movimiento”. La presión intra-abdominal va “hacia adentro y hacia arriba” y protege discos que se hallan a lo largo de la pared posterior de la cavidad abdominal, ayuda a descargar los discos.

La inspiración reduce la presión de los discos un 40% y facilita la extensión de la columna, mientras que la espiración facilita la flexión (Tinoco, M. 2012).

Probablemente el más importante de todos los conceptos del Método Pilates es el powerhouse ya que hace referencia a todos los músculos estabilizadores del tronco. Según el concepto Pilates, éstos deben tonificarse, buscando siempre calidad en la ejecución y control postural lo que provoca un desarrollo propioceptivo importante que facilitará la reeducación postural.


A la vez, la tonificación de la musculatura estabilizadora provocara una descompresión articular disminuyendo la erosión y el stress óseo (Muscolino, J; Cipriani, S. 2003) al partir el trabajo desde una postura correcta.

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