1.1.1.
Causas
del Dolor Lumbar
La degeneración de la columna vertebral
es una parte normal del proceso del envejecimiento, pero desgraciadamente
también puede ser causa de dolor lumbar. “Las alteraciones degenerativas
afectan a todas las estructuras del segmento móvil incluyendo los discos
intervertebrales, las articulaciones facetarias y los ligamentos” (Schmorl, G.
Junghanns, H. 1959).
“El proceso de degeneración parece que
se inicia en el disco intervertebral y de ahí se traslada a las articulaciones
interapofisarias y a los ligamentos debido a que la carga se traslada desde el
disco a esas estructuras” (Butler, D.1990).
Es clásico el esquema de la degeneración
del segmento móvil en tres etapas sugerido por Kirkaldy-Willis (1983).
En la primera etapa (disfunción) se
observan cambios en la composición bioquímica, en la fisiología y en la
biomecánica del segmento que ya pueden producir síntomas.
La segunda etapa se considera que
aparece cuando estos cambios conducen a un aumento de la movilidad en el nivel
afectado (fase de inestabilidad sintomática).
La tercera etapa es la de
estabilización, en la que el segmento móvil se estabiliza por nuevas
alteraciones bioquímicas y por la aparición de osteofitos. En esta etapa los
síntomas pueden desaparecer, o bien puede aparecer una estenosis del canal
espinal por los mismos osteofitos o por la hipertrofia de las facetas.
Las alteraciones bioquímicas,
fisiológicas y biomecánicas son aparentemente similares tanto en el proceso de
envejecimiento normal como en las degeneraciones sintomáticas de la columna.
Con la excepción de los cuadros en que existe una degeneración grave y de
múltiples niveles, “no hay correlación entre las alteraciones observadas en las
radiografías y la incidencia o gravedad del dolor lumbar” (Frymoyer, J. 1984).
No se comprende bien por qué el mismo
tipo de alteración es asintomática en unos individuos y produce síntomas de mayor
o menor gravedad en otros, y quizás a ello se debe la creciente atención que se
le dedica a los otros dos factores: la diferente sensibilidad de los mecanismos
nerviosos del dolor, y los factores ambientales que influyen poderosamente en
su percepción.
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