lunes, 14 de noviembre de 2016

1.1.2. Problemas Causados por el Dolor Lumbar

1.1.2.   Problemas Causados por el Dolor Lumbar
La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (International Assosiation for the Study of Pain, IASP) ha definido el dolor como “una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con daño de los tejidos, actual o potencial” (Merskey, H. 1979). Esta definición tan general implica en la experiencia dolorosa a dos factores: el sensorial y el emocional.

Al lado de las causas periféricas del dolor, como pueden ser la propia hernia discal, la artrosis de la columna o la espondilolistesis, resulta cada vez más evidente que en la percepción del problema doloroso intervienen causas que podríamos denominar ´extrínsecas medioambientales o del entorno´, que influyen de manera decisiva en la percepción del dolor.

“Para la comprensión del dolor lumbar, la epidemiología aporta datos sobre la magnitud del problema, la historia natural del dolor lumbar y los factores de riesgo individuales y externos asociados al dolor lumbar” (Andersson, G. 1991).

Desgraciadamente, el mayor problema en la epidemiología del dolor lumbar es la ausencia de una clasificación diagnóstica aceptada por todos. Algunos autores consideran incluso que la epidemiología del dolor lumbar debería “restringirse exclusivamente a la ciática y a la hernia discal por ser más fáciles y más uniformemente definidas y clasificadas” (Heliövaara, M. 1988). Sin embargo, el problema del dolor lumbar es de tal magnitud que debe reseñarse.

En Canadá, un país que puede tomarse de ejemplo porque tiene una cobertura sanitaria completa para todos sus habitantes, y similar a la nuestra, el 30-40% de las ausencias laborales son debidas a dolor lumbar. El lumbago es responsable de la cuarta parte de las reclamaciones laborales. Entre 1997 y 2001 se recibieron 63,900 reclamaciones de hombres y 26,800 de mujeres, es decir más del doble de hombres que de mujeres.

Más del 90 % de los casos no tienen una causa específica (tal como infección, osteoporosis, artritis, etc.).  La prevalencia del dolor lumbar se define como el número de personas en una población determinada que presentan quejas en un determinado momento, independientemente de si el dolor lumbar estaba presente en el momento del estudio.

La prevalencia depende de la incidencia y de la duración de los síntomas. La incidencia, por otro lado, es el número de personas que, sin tener dolor lumbar al inicio del estudio, desarrollan dolor lumbar (nuevos casos). El estudio de la incidencia requiere el estudio de una población libre de síntomas al inicio y su seguimiento durante un periodo de tiempo, lo cual dificulta su definición.

Valkenburg y Haanen (1982) desarrollaron un estudio sobre incidencia y prevalencia en Holanda entre 1975 y 1978 en Zoetermeer.

Su estudio se basó en una población de 3091 hombres y 3493 mujeres de 20 o más años de edad. La evaluación se realizó con cuestionarios y una exploración física estándar. En las personas de más de 45 años, se realizaron, además, estudios radiográficos.

En el conjunto de todas las personas estudiadas, la incidencia de dolor lumbar en la vida previa al estudio fue de 51% en varones y de 58% en mujeres. La prevalencia puntual de dolor lumbar fue de 22% y del 30% respectivamente, con un incremento de ambas al aumentar la edad hasta los 55 y 65 años respectivamente, y disminuyendo a partir de ahí.

El 30% había sufrido dolor lumbar durante más de 3 meses. En el 85% hubo recurrencia. En el 1’9% de los hombres y en el 2’2% de las mujeres se encontró prolapso discal, definido por los síntomas y signos clínicos.

Comparado con otros países, la incidencia en la vida previa de dolor lumbar es bastante baja y la prevalencia puntual es bastante alta. Los datos de la prevalencia y la incidencia del dolor lumbar se sacaron de fuentes de seguros y hospitalarias y a partir de estudios clínicos prospectivos y retrospectivos.

A partir de estos datos puede estimarse el impacto del dolor lumbar en una población específica.

Los resultados, sin embargo, deben interpretarse con cautela por varias razones:

1) Al no haber una definición global de dolor lumbar, los criterios de inclusión y exclusión pueden variar.

2) Las diferencias en las consecuencias del dolor lumbar reflejan en gran medida las diferencias individuales (condiciones laborales) y sociales (programas de compensación al trabajador).

3) El dolor lumbar es a menudo intermitente, lo que resulta en falsos positivos y también en falsos negativos en estudios observacionales de sección transversa.

4) A menudo en los datos recogidos con cuestionarios hay subestimación, hecha por Svensson y Andersson en el año de 1982 mostraron que, “de los hombres que dijeron que nunca habían tenido dolor lumbar, de hecho una cuarta parte habían tenido alguna baja laboral con ese diagnóstico”. (Svensson, H.  Andersson, G. 1982)


Las estadísticas nacionales de los diferentes países Europeos y de los Estados Unidos indican una prevalencia puntual de dolor lumbar que está entre 15 y 35%. Aunque la historia natural del dolor lumbar muestra una recuperación excelente en algunas semanas, aproximadamente el 1% de los pacientes con dolor lumbar llegan a estar crónicamente discapacitados.

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